Nadie sabe de dónde vinieron o cómo aparecieron,pero están ahí como mudos testigos de tiempos pretéritos y olvidados,al albor de las civilizaciones.
Algunos creen que una antigua raza de gigantes ya extinta los esculpió y dejó en las orillas bañadas por el océano eterno.
Pero los ancianos aún susurran ese cuento que sus abuelos contaban en las fogatas y que hablaba de cómo los primeros decidieron que el mundo futuro debía conocer su grandeza,por lo que contruyeron los colosos que vigilan el mar desde la costa,y que profetizarían su regreso al mundo de los vivos desde las acuosas e insondables profundidades.
Los moldearon en las fraguas del antiguo continente y gracias a facultades ya perdidas para los hombres comunes los transportaron flotando suavemente por el firmamento.
Ya nadie recuerda bien la historia,sólo perdura el enigma de los colosos que hoy esperan en silencio el regreso de sus creadores a la isla en el medio de la inmensidad acuosa.
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