ZONA PROHIBIDA

Todos los habitantes de la selva saben que acercarse a la pirámide maldita es ir a una horrible muerte en las garras de las feroces criaturas o de las implacables guardianas aladas.

Hace ya algún tiempo empezó a correr el rumor de que la pirámide ocultaría grandes tesoros.El rumor llegó a las ciudades donde los aventureros y los codiciosos los escucharon.

Como es usual,ese tipo de personas piensa que las advertencias de muerte y horror son supersticiones y prefieren creer en supuestos tesoros que en la horrible realidad.

Así,con más valor que sentido común,los intrépidos e ignorantes aventureros se internaron en la selva y nunca volvieron a ser vistos.

En las ciudades algunos creyeron que esto era una pueba de que se volvieron ricos y se fueron a tierras lejanas a vivir espléndidamente.

Con el tiempo,la cantidad de desaparecidos obligó a declarar la selva una zona prohibida.

Hoy en día,las inmediaciones de la selva de la pirámide maldita están despobladas.Sólo transitan por la zona las guardianas en sus máquinas,la patrulla de la selva maldita.

NAVES MISTERIOSAS

Cada lustro en el solsticio de verano y sólo por una noche,las grandes criaturas marinas suben a la superficie desde las profundidades.

Por una mágica coincidencia,esa misma noche los espíritus de los hombres muertos en el mar surcan el cielo en las naves fantasmales y se acercan a la costa.

Las viudas de los desaparecidos,entre cada viaje espectral,se acercan a la orilla,y en la compañía de las criaturas del mar van al encuentro de los barcos fantasmas,para poder divisar entre los espectros a sus maridos y saber así que ya no los verán más y que sus huesos yacen ahora en el fondo del océano.

Esta será la última vez que se sabrá de esa tripulación,pues ellos inician el viaje sin retorno hacia lo desconocido,la travesía de los desaparecidos en sus naves misteriosas.