Dicen también que no es una doncella,sino el espíritu mismo de la espesura,que desde las sombras protege el bosque milenario de las visitas de desconocidos que quieren dañarlo o a sus criaturas,y que cada tanto aparecen como una ola de maldad.
Pero no siempre los extraños van tras el bosque o los animales.
A veces jóvenes de reluciente armadura y corazón soñador,se atreven a adentrarse en la espesura sólo para verla y tal vez,con suerte,llamar su atención y robarle una sonrisa o un beso a la luz de la pálida luna,cuando la doncella deja de ser un espíritu y por un breve instante se hace visible para los que tengan la fortuna de verla,en un encuentro nocturno entre el mundo espiritual y el material.
