sábado, 15 de noviembre de 2008

EL OCASO

I

El sol cuando muere pinta


-de rojo el cielo-


la mortaja de nubes carmesí


-cubre la sangre-


del antiguo Dios cósmico


-de diminutos seres-

II


Adorado desde el principio


-ante perdidos altares-


su mágico calor lleva vida


-también trae la muerte-


en el inexorable ciclo perpetuo


-donde la piedad no cabe-

III


Y el llanto de los miles


-los súbditos temerosos-


de almas sin consuelo


-claman al sordo Dios-


buscando la luz perdida


-que calla en la oscuridad-

IV

Con un miedo remoto y absoluto


-sus lágrimas son un mar-


sus cuerpos se desgarran,ciegos


-de doloroso amor-


sus ojos ya sin vida alguna


-por la pena del que se fue-



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